Nos fundimos con la felicidad cuando nuestras manos, absortas, se implican en las tareas para las que nacieron. O cuando nuestros ojos se sumergen en la profundidad de aquello que contemplan y retornan al mundo renovados. O cuando acopiamos valor suficiente para dejar que el espíritu sople en nosotros y nos haga sonar con nuestra propia voz. Y cuando nuestros pies descubren hacia...Seguir Leyendo
- 30 ago 2018
- 0 Comments