El camino más largo

En el silencio interior,
el corazón sostiene la melodía que no cesa
a la espera de que el intelecto abandone
la batalla contra la ilusión material.

«Ríndete; ven a mí...», canta.

«Sigue el rastro de esta canción
que derrama fragancia de unidad
y derriba dualidades.
Para entrar, cierra la puerta...
y ábrete al abrazo incondicional de la Luz,
donde no hay ataque ni deuda,
porque todo es Uno;
donde las dudas se funden en certeza,
porque todo es Uno;
donde siempre eres amado o amada,
porque todo es Uno».

Rendirse a la voz del maestro en el corazón,
no es perder, sino encontrar.

© 2020. Juan Navarrete.

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