Lo que acontece

Tan afanados en desvelar adónde llegar,
en vez de absorbernos en lo que acontece
(como las flores florecen
sin pensar en que se han de marchitar).
Atrapados en la pseudo-realidad
de una mente en la que fenece
cualquier instante presente,
vivimos fuera ─y lejos─ de nuestro hogar.
Quizá solo debiéramos dejarnos vagar
maravillados en lo real e inminente
mientras ignoramos promesas o ayeres
con los que manosear la verdad.
Quizá solo debiéramos ocuparnos de reparar
nuestro vínculo durmiente
con la vida que, leal y certera, se mece
en nuestros pulmones aguardando a despertar.
O vivir en nuestras manos, al tocar
los lugares en los que la dicha las estremece;
o en nuestros pies, conscientes
de la grava o la hierba que, como vienen, se van.
Tan afanados en desvelar adónde llegar,
en vez de absorbernos en lo que acontece.

© 2018. Juan Navarrete.

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