Ausencia


Dime dónde reside lo extraordinario;
si en lo familiar o en la incertidumbre.
Dibuja la senda hacia ese espacio
abierto y alejado de la clausura
en la que mi alma confunde
gozo con amargura.
Cuéntame despacio que tu olor siempre
rondará mi cercanía. Y que el arrullo
de tus pasos, cada día, ungirá de consuelo
la premura que azota mis ojos velados.
No sueltes mi mano sin antes
haber hollado el camino que lleva
hasta mis heridas. ¿Qué sentido tiene
tu ausencia sin tu recuerdo? ¿Qué sentido,
la muerte sin la vida?
Dime dónde vive lo extraordinario;
si en la certeza de hoy o en la duda
de otro día. O en ambas, alternando
un baile de estrofas inconclusas.

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