Abrir los brazos


Bajo mi escudo:
¿de qué sirve tenerlo alzado
si no puedo abrir los brazos?

La voluntad única se mueve
entre tú y yo. Uno frente al otro;
espejos de algo inmenso y eterno.
La tierra verdadera
se esconde de nuestros ojos
como una marea subterránea
que todo lo entrelaza.

Mi cerebro no es capaz de oírte;
el corazón se ha apoderado
de toda la conciencia.

Es una pérdida de tiempo
defenderse del miedo:
lo que no es real no puede
alcanzar con sus flechas
a lo que no cambia.
Bajo mi escudo y camino libre
a todas partes...hacia ninguna parte.

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