Espejos

Hasta que no descubramos que el mundo que nos rodea es un espejo y que allá donde vayamos siempre encontraremos lo que nos damos ─o nos privamos─ a nosotros mismos, seguiremos lanzando, como pájaros liberados que no saben qué hacer con tanta inmensidad bajo sus alas, lazos emocionales con los que amarrarnos al suelo y con los que pretendemos retenernos en los lugares, objetos y personas que acudieron a reflejarnos y a servir como refugio a nuestro corazón.

Ser plenamente libres implica aceptar que no podemos evitar ser tocados y transformados por la vida y que, a pesar de que algunas imágenes se desvanezcan cediendo paso a la nostalgia, lo nuevo debe abrirse camino desde lo invisible hacia nuestra experiencia para que fuera siga siendo como adentro ─y abajo igual que arriba─.

Todo cuanto nos sucede alberga la finalidad de ponernos en contacto con lo que somos.

Vívelo.

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1 comentarios

  1. Aquí dando un repaso .
    Hermoso todo lo que escribes. Estoy segura de que tu mano es guiada por el Espíritu Divino gracias gracias gracias Juan

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