Tan afanados en desvelar adónde llegar, en vez de absorbernos en lo que acontece (como las flores florecen sin pensar en que se han de marchitar). Atrapados en la pseudo-realidad de una mente en la que fenece cualquier instante presente, vivimos fuera ─y lejos─ de nuestro hogar. Quizá solo debiéramos dejarnos vagar maravillados en lo real e inminente mientras ignoramos promesas o ayeres...Seguir Leyendo
- 13 sept 2018
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