Hogar
Tardé algún tiempo
en completar
la travesía de regreso
al lugar y al instante
en el que mis pasos
─en busca de afectos─
dejaron de apuntar
donde señalaba el corazón.
Ahora, siempre que vuelvo
a confundir quién soy
y de dónde vengo
o a extraviarme en la imagen
de mi vano reflejo,
sé que solo he de recordar
que mi hogar está aquí mismo:
es este momento;
es el aire que entra
es el aire que entra
y sale de mi pecho;
es lo que mis manos hacen
y el roce de las plantas
de mis pies contra el suelo.
Siempre estamos ─sin saberlo─,
de nosotros mismos,
a la distancia de un pensamiento.
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