Lo no importante
lo que no es importante
es el sendero más claro
hacia aquellos lugares
en los que la felicidad logra,
airosa, posarse.
Llevar ─o no─ la razón
no es relevante,
sino poder contemplar
cómo tu rostro amanece
sin contrariarse
entre las nubes nómadas
de mi orgullo.
Renuncio al aire
enfurecido
que azota nuestro paisaje;
y mis rodillas ceden,
como espigas maduras que,
al inclinarse,
liberan al fruto de su forraje
y depositan en la tierra
rayos de sol envueltos
en doradas vainas
preñadas de coraje.
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