Un millón de poemas
Me persiguen. Me sobrevuelan.
Se vierten en las cuencas de mis manos.
Me atraviesan.
Llaman con insistencia
a la punta de mi lengua. Se agolpan.
Crean atascos
en torno a mi puerta.
Un millón de poemas quieren poner voz
a la memoria fenecida. En la sangre
viajan las letras
que custodian las historias
que mis ancestros me cuentan.
Sangre que se derrama
sobre el río de mis experiencias
para revivir:
abrazos rotos, vergüenzas,
lágrimas prohibidas y sueños (abortos)
que quedaron bajo tierra.
Legado inconcluso (abono)
que palpita estrechado a mis raíces. Anhelo
de resucitar en la savia que nutre
a las generaciones nuevas.
Mis abuelos muertos
pueden abrazar de nuevo a sus hijos
y redimir sus culpas en el perdón
que brota de mis palabras (sus palabras)
pueden abrazar de nuevo a sus hijos
y redimir sus culpas en el perdón
que brota de mis palabras (sus palabras)
ensartadas en un millón de poemas.
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