Días extraños

Recuerdo que me decías
que no llevabas nada bien
estos días extraños;
que sientes miedo
de volver a abrir la puerta
y que nada siga
en el lugar que lo dejaste.

Mi recelo
es justo el contrario:
regresar a la vida y comprobar
que nada ha cambiado;

que los ombligos
siguen mirando a los ojos
y que los corazones
no han dado la vuelta
al cartel de «CERRADO».

De nada habrá servido
tanto encierro, tanto aplauso.

Ya he aceptado que las cosas
siguen su curso
y que nada es en vano.

Lo inesperado asalta
nuestro sueño
cuando menos lo pensamos
para recordarnos
que todo se trata de permitir...
de hacernos a un lado;

de no entorpecer el fluir
de la compasión en nuestras vidas;
de no juzgar qué es posible o no,
y de solo dejar que las cosas
pasen a través de nosotros.

De no llevar siempre la contraria
a la Gran Mente
y a su voluntad de encarnar
perfección en el mundo
gracias a nuestra receptividad.

Quizá no ahora, pero algún día
nos permitamos​ ese derecho...

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2 comentarios

  1. En cualquier momento kairos sucederá ese cambio...
    Cada uno tendrá su oportunidad de enfrentarse ante la decisión de fluir o quedarse estancado

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