El camino del árbol es hacia arriba y el del humano, hacia dentro; mas ambos ─el tuyo y el mío, y el del árbol─, dondequiera que vayan, dirigen sus pasos hacia el núcleo del que emanamos todos como reflejos. Nuestros pies, quietos o en movimiento, son raíces que se adentran en el lugar secreto al que la vida se aferra para nutrirse de...

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Me presento: soy un cuento que desearía ser contado. Se busca escritor en paro —a poder ser, con talento—. Preséntense, los incautos, frente a una página en blanco. No se garantiza sueldo. © 2017. Juan Navarrete. ...

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El ego nace de una herida, de una grieta que se convierte en trinchera. Y, desde ese cerco, reaccionamos frente a la vida erigiendo, con nuestro dolor, defensas que nos protejan; que nos aislan; que el alma entregan a cambio de cascarones sin esencia. Mientras, el amor espera a que el valor cubra con tierra los huecos desde los que el temor grita,...

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En sueños, pregunté a mi alma el secreto del corazón. «El corazón es mi templo, mi casa, donde mi presencia aguarda y donde me refugio yo; es aposento de vida y, junto a la vida, el amor es mi néctar, mi ambrosía, savia clara que ilumina tus palabras, tus pasos, tu intención. El corazón es la puerta que se abre hacia el interior,...

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Lo que creo saber de mí son solo palabras con las que intento explicar quién soy ─y, a veces, también, quien no─. Jamás podré dibujarle esquinas a lo infinito, mas sí menguarme hasta que su esencia abrace el aire que se desliza entre mis labios. Y aunque no logre mirarme de frente, sí puedo dejarme tocar por lo que tus ojos revelan cuando,...

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En la conciencia, escalar no es subir, sino profundizar. Y en el corazón, sumar no es añadir, sino reducir a la unidad. No sabe mirar quien distingue, sino quien ve lo mismo en todo. Y no reza quien pide, sino el que permite lo que ya es y siempre fue. Avanzar no es caminar, sino transformarse. Y amarse es solo recordar el origen....

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Solía mirar sin descanso en todas direcciones, acosada por el impulso de enamorarse a primera vista. Y lo hizo de una promesa que vio cruzar, rauda, por el rabillo del ojo y a la que le entregó el alma justo antes de girar la cabeza y encontrarse con una sombra que se desvanecía junto con su anhelo. «¿Por qué siempre lo mismo?», se preguntaba mientras volvía...

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En el lugar alto y escondido ─dimensión sagrada e infinita─ todo es vida imparable, inteligencia, verdad y armonía; orden y unidad inmutables, y principio ineludible de amor y dicha. No tiene existencia ─real─ cualquier condición que contradiga lo que reina en este espacio en el que la bondad suprema habita, eterna, enalteciendo los días. Y aunque es fácil dar la espalda a esta...

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El alma se extiende, infinita, como una página en blanco que, aguardando a ser escrita con una historia de amor, pronto se habrá emborronado bajo las nubes de tinta que tras de sí dejaron los pasos que dimos en falso; bajo tachones y heridas de miedo, decepción y rechazo que, como infames cuchillas, dividen lo que siente el corazón en miles de pedazos....

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Incluso en la oscuridad, acurrucada entre los surcos que nuestras decepciones han arado sobre nuestros corazones, la semilla de la confianza no cesa de susurrar que solo es cuestión de tiempo que seamos renovados por la luz. Un poco de voluntad y de ternura bastan para dejar atrás los fantasmas del «debería haber» o del «si hubiera». Y quizá también un poco de...

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¿Por qué preocuparnos tanto de si lo hacemos bien o mal, cuando todo tiene que ver con si el amor se encuentra oculto o revelado? Quizá debiéramos dejar de pensar y empezar a tocarnos el uno al otro con nuestras palabras. Quizá debiéramos salir de nuestro círculo de necesidad y comenzar a derramar lo que nuestros corazones guardan. ¿Cuántas veces contemplamos el mismo...

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Hasta que no descubramos que el mundo que nos rodea es un espejo y que allá donde vayamos siempre encontraremos lo que nos damos ─o nos privamos─ a nosotros mismos, seguiremos lanzando, como pájaros liberados que no saben qué hacer con tanta inmensidad bajo sus alas, lazos emocionales con los que amarrarnos al suelo y con los que pretendemos retenernos en los lugares,...

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Hasta la más inesperada flor, contra toda expectativa, logra acopiar el coraje que la llevará a estirarse, guiada por rayos de sol, en mitad del páramo, hacia la vida. ¿Por qué no iba a poder tu corazón, a pesar de sus heridas, atreverse —en este mundo salvaje— a florecer para entregarse de pleno a su labor? Aunque encuentres desolador mirar cuando nadie mira...

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Revolvemos la vida con nuestras manos como quien busca algo con prisa dentro de un cajón desordenado. Guardando caricias; apartando desengaños; anhelando una promesa y huyendo de los desencantos; metiendo y sacando recuerdos de nuestro corazón exhausto. Olvidando que la vida ya nos ha entregado todo cuanto necesitamos, nos esforzamos ─en medio de un océano de miradas perdidas─ por avivar el brillo en...

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¿Qué te impide amarte...así, tal como eres? ¿Acaso dudas que la vida, entre incontables opciones e infinitas combinaciones,  te escogió a ti para encarnarse? ¿Qué te impide amarte...tal cual, sin condiciones? ¿Será un mundo que se opone a que despiertes del sopor que te mantiene en la ilusión de ser innoble y miserable? ¿Qué te impide amarte...ahora, en este instante? ¿Qué juicios usas...

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Bajar de la mente al corazón es subir a una montaña y encontrarse frente a un sol que trae solaz al dolor de todas las grietas del alma. Santuario que guarda, intacta, la flor cuya fragancia desluce el brillo de promesas vanas. Presencia dorada; radiante; ¡puro amor que sosiega, con mudo clamor, angustias de ayer y mañana! ¿Cómo fundirme con vos en romance...

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No hay que llegar a ningún lugar, sino despertar en el que estamos; renunciar a la tiranía del ego; soltar el apego por nuestros juicios y por los caminos que transitamos. No hay nada que encontrar, sólo tenemos que abrir el corazón a la vida y...abrazarnos con ternura y compasión en la tibieza de las palabras que nos dedicamos. © 2017. Juan Navarrete. ...

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Es fácil amarse a uno mismo cuando se elige soltar todo lo que no se es; cuando se decide prescindir de todo lo que resta identidad y valor a lo grande y bueno que habita en nuestro centro. Entonces solo queda una rama que florece al ver descender al espíritu para posarse y permanecer y cantar...cantar... ¿Cómo no amarnos sabiendo lo que somos...

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Sube, sube... por el camino recto que lleva a la cumbre sin hacer caso de voces infames que tu caminar confunden. Sigue derecho, volando sobre tus pasos, y no desfallezcas: sube, sube... fiel al sendero aunque, por momentos, dudes. Claridad infinita te aguarda tras las nubes; certeza prístina que tiñe un estanque de aguas azules de unidad absoluta sin opuestos que la enturbien;...

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No sé qué pueda yo darte. ¿Qué pueden ofrecer dos manos que brotan de un corazón que recita versos? Manos en las que la vida se agita cuando descubren el rostro velado del amor en cada palabray en cada objeto. No sé qué pueda entregarte, si, la verdad, nada poseo. ¿No ves que cuanto preciso dentro de mí lo encuentro cuando enmudecen mis ojos ...

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Dios es simple: Dios es amor. Cuando me muestro humilde, soy como Dios y el miedo se desvanece. © 2017. Juan Navarrete. ...

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Soy pájaro cuando tocas mi corazón. Y vuelo alto, mecido por las palabras que habitan mis versos. Versos que planean sobre océanos inmensos, buscando el ritmo de tu pecho para entonar su canción. Mis alas... son mirada que abraza lo grande escondido en lo pequeño; alas que saben que sólo amando lo simple, pueden alcanzar el cielo; alas que, humildes, se abren para...

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Te acepto con todas tus heridas. Te acepto en tus idas y venidas. Soy templo abierto siempre que decidas regresar. Consuelo en tus noches y tus días; pañuelo de todas tus desdichas. Soy río de lágrimas que alivian tu pesar. Mis pasos, unidos a los tuyos, señalan la senda hacia el refugio en mi pecho, donde tu cabeza puede, por fin, reposar. Soy,...

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Todo lo que el corazón desea es vivir bellamente; y caminar abierto, florecido, latiendo ternura en cada paso sin depender con qué tropiece; siendo brazos abiertos en los que otras almas encuentren belleza, compasión, paz y consuelo. Podemos mirar hacia otro lado, mas no lograremos huir de la verdad sobre quienes somos. Verdad que alumbra eterna, libre, impávida, muda... sin presionar nuestra oscuridad;...

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Con frecuencia oímos que somos imagen y semejanza de algo más grande que nosotros. Pero no podemos evitar ver nuestras diferencias cuando nos miramos unos a otros. Las flores son distintas en la superficie. Todas, sin embargo, hunden sus raíces en las entrañas de la misma tierra. Siempre afanadas siendo. No se comparan...se reflejan y realzan su belleza. Así es como dan permiso...

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La vida respira en nuestro interior para contarnos, en apenas unos segundos, la historia del tiempo, que nace y muere en el presente. «Toma el ahora... y ahora, suéltalo.» Este estribillo contiene toda la canción, que empieza y acaba en cada inspiración y exhalación. La vida respira en nuestro interior para enseñarnos que, aunque nos apresuremos, no podemos atrapar el aire que ha...

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Son tantas las resistencias: a abrazar, a sentir, a llorar o a reír; a dar, a recibir, a perdonar, a ser o a decir: te amo, me heriste, te herí... Fugitivos de instantes, vivimos rehuyendo, cerrando puertas por las que el tiempo escapa y tras las que, al final, nada queda. Solo el vacío de un llanto contenido; de risas sordas; de una vida...

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Creer es la palabra más poderosa. Creer mueve montañas e insufla vida a todas las cosas. Creer abre puertas (o las cierra); también holla veredas. Creer es un presente que entregamos a otras personas: «Creo en ti y en tu inocencia enterrada bajo un campo de dolor. Creo para que recuerdes, en mitad de tu noche, cuál es tu canción». Creer es mi...

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¿Es posible que la vida consista en buscar la infancia? La que perdimos el día que el tiempo, con su guadaña, envidioso de alegrías, quiso segarnos las alas. La que miraba hacia arriba antes de que nuestros pasos en el suelo se clavaran. La inocencia, flor de antaño, evoca, con su fragancia, retratos en blanco y negro de un mundo en el que...

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El alma entrega sus pasos a senderos que no le pertenecen, en los que el corazón se extravía y se adentra, entre horizontes de olvido, en los versos de una canción inerte. Es tiempo de dar la vuelta y escoger otro lugar adonde ir. Es tiempo de estar presentes. El alma hunde la conciencia en realidades aparentes, donde sus pasiones mueren en la...

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No son tus palabras, sino tus latidos, quienes cuentan tu verdad sobre lo que está bien o lo que está mal. Una mirada que nace en el corazón acaricia más con su silencio que cientos de manos con la cabeza en otra parte. La puerta por la que el alma entra en el mundo no entiende de razones ni juicios, solo de amor...

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Quizá algunas de esas cosas a las que hoy les das la espalda, sean el comienzo de un camino que desde hace tiempo anhelabas. Señales que tu conciencia, en respuesta a tus plegarias, vienen a tocar tu puerta y se encuentran rechazadas. ¿No ves que los ángeles llegan bajo apariencias extrañas y que, entre sus alas, esconden bendiciones disfrazadas? © 2017. Juan Navarrete. ...

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Limpiar el lodo sobre los ojos para ver con claridad lo que alberga el corazón y retirar las piedras del corazón para que la compasión inunde nuestros ojos. Contemplar el reflejo de la vida para sanarla desde adentro con una mirada transparente que todo lo abraza en su regazo de perdón. Puedo encontrarte en todas las cosas porque llevo tu eterna primavera floreciendo...

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Sueño, a veces, que te sueño jugando con mi inocencia. Tierra preñada de cielo, cielo creciendo en mi tierra; espantas oscuridades y amaneces mi conciencia. Sobresaltado, despierto; mi corazón se acelera cuando el onírico encuentro se hunde entre las mareas y engañosas realidades vuelven turbia mi certeza. Soñando con tu regreso, paso el tiempo entre poemas; arrullándome en los versos que, de la...

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Aunando el cielo y la tierra, el alma, a ciegas, se adentra en la rueda de la existencia y, entre brillos y tinieblas, reflejos de la conciencia, busca destapar las huellas que la entregaron, un día, a esta cárcel de quimeras. En el distante horizonte, vibra un eco de Presencia. Tras melodías de olvido, una canción que no cesa crece en mitad del...

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